TALLER EN ACCIÓN

Esta ventana está destinada a compartir experiencias concretas y resonancias inspiradoras que surgen del Taller en su despliegue y desarrollo.

LA CASA I
Se abre el telón y aunque es de noche invitamos a mirarnos así como cuando el sol nos da en la cara. 
Primero la sensación es la de no poder vernos -ceguera de luz-, y entonces actuamos desde la memoria de ser y de haber sido ya tantas veces, un "siempre" que actúa en nosotros y nos muestra.
¿Qué ves cuando me ves?
La Casa Primera como un marco de autorretrato que fue portando todas mis caras: las de niño, las de adolescente, las de joven, las de hoy. Caras que reconozco, que reconocen, que apruebo más/menos, caras que escondo, que me escondo...
Identidad en Acción. Lo que impera en mí desde mi nombre hasta mi modo único de caminar, mis gestos para encontrarme cada vez con lo que -supongo- los otros ven cuando me ven.
¿Y todo lo que uno es sin verse? Casa para confiar en el espejo de los ojos de los Otros.

Un poema que acerca otra visión a lo que estamos trabajando
de Adilia Lopes (pseudónimo de María José da Silva Viana Fidalgo de Oliveira, poeta portuguesa nacida en 1960)

INMEDIATAMENTE

Dejó caer la fotografía
un desconocido corrió tras ella
para entregársela
ella se negó a tomar la fotografía
pero usted ha dejado caer esto
yo no pude haber dejado caer esto
porque esto no es mío
no quería que nadie
y sobretodo un desconocido
sospechase que había una relación
entre ella y la fotografía
era como si hubiera dejado caer
un pañuelo lleno de sangre
porque era ella quien estaba en la fotografía
y nada nos pertenece tanto como la sangre
por eso cuando alguien se pincha un dedo
enseguida se lleva el dedo a la boca para chuparse la sangre
el desconocido se dio cuenta de eso
es un retrato suyo
puede ser el retrato de alguien muy parecido a mí
pero no soy yo
el desconocido por ser muy bondadoso
no insistió
y como sabía que los indigentes
no tienen dinero para hacerse fotos
le dio la fotografía a un indigente
que la aprovechó inmediatamente

CASA II
La Casa II y la Valoración de los Objetos, en palabras de Borges... 

EL BASTÓN DE LACA


María Kodama lo descubrió. Pese a su autoridad y a su firmeza, es curiosamente liviano. Quienes lo ven lo advierten; quienes lo advierten lo recuerdan.

Lo miro. Siento que es una parte de aquel imperio, infinito en el tiempo, que erigió su muralla para construir un recinto mágico.
Lo miro. Pienso en aquel Chuang Tzu que soñó que era una mariposa y que no sabía al despertar si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que ahora soñaba ser un hombre.
Lo miro. Pienso en el artesano que trabajó el bambú y lo dobló para que mi mano derecha pudiera calzar bien en el puño.
No sé si vive aún o si ha muerto.
No sé si es taoísta o budista o si interroga el libro de los sesenta y cuatro hexagramas.
No nos veremos nunca.
Está perdido entre novecientos treinta millones.
Algo, sin embargo, nos ata.
No es imposible que Alguien haya premeditado este vínculo.
No es imposible que el universo necesite este vínculo.

Jorge Luis Borges, 1981


CASA III
Te acordás ese juego  de la infancia que hacíamos con una lana o un piolín... lo pasábamos por las dos manos frente a un otro que también lo pasaría luego por sus dos manos. Formábamos como un rectángulo, un espacio vacío rodeado por esa soga, algo así como un ring, pero ahí adentro no peleábamos sino que creábamos formas que partían de pasar nuestros dedos por entre las lanas. Primero uno, después el otro. El movimiento de la mano con sus dedos producía trayectos, dibujos como salen los sonidos del piano al apoyar arbitrariamente los dedos.
En la mente también hay hilos, conexiones, magia y arbitrariedad. Las palabras tejen formas, relaciones, argumentos. Nuestra historia se teje ahí como en un ring virtual. 
Casa III del juego, de la escuela, de los hermanos, de la producción de preguntas como una expresión de deseo de construir una CASA ABIERTA con un fondo frondoso -inconsciente que compensa el control de una vida robotizada- y una terraza desafiante -mente trepada a las insinuaciones de un cielo que nos abisma a salir de los puertos de la seguridad y la acumulación-.
Acertijos, trabalenguas, chistes. El encuentro profundo con la otredad que habita en cada uno.
De la conversación al eco. Del eco a la elaboración. Conciencia de espejo, proyecciones. Ruptura y vuelta a la voz. Vos-Yo: un hilo que va y viene construyendo algo más: el "entre".

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